El descanso es una película documental de Argentina filmada en colores dirigida por Ulises Rosell, Rodrigo Moreno y Andrés Tambornino sobre su propio guion que se estrenó el 30 de mayo de 2002 y tuvo como actores principales a Juan Ignacio Machado, Fernando Miasnik, Raúl Urtizberea y Javier Lombardo. Fue rodada en Santa María de Punilla en la provincia de Córdoba.
El descanso | ||
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Ficha técnica | ||
Dirección |
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Ayudante de dirección | Enrique Bellande (Asistente de Dirección) | |
Dirección artística | Mariela Rípodas | |
Guion |
Ulises Rosell Rodrigo Moreno Andrés Tambornino | |
Música |
Ángel Parra Ervin Stutz Alejo Van Der Palhen | |
Fotografía | Javier Julia | |
Montaje | Nicolás Goldbart | |
Vestuario | Diego Schipani | |
Protagonistas |
Juan Ignacio Machado Fernando Miasnik Raúl Urtizberea Javier Lombardo | |
Ver todos los créditos (IMDb) | ||
Datos y cifras | ||
País | Argentina | |
Año | 2002 | |
Género | Comedia | |
Duración | 95 minutos | |
Clasificación | PM13 | |
Idioma(s) | Español | |
Compañías | ||
Productora | Cinematográfica Sargentina Producciones | |
Distribución | Distribution Company | |
Ficha en IMDb Ficha en FilmAffinity | ||
Unos jóvenes que por accidente se desvían de su camino en la provincia de Córdoba llegan a un pueblo, encuentran un hotel en ruinas y, seducidos por la idea de recuperar la buena vida de épocas pasadas, encaran el extravagante proyecto de reabrirlo hasta que un personaje notable abogado de la zona se opone. [1]
Participaron del filme los siguientes intérpretes: [1]
Aníbal M. Vinelli en Clarín escribió:
«A fuerza de ingenio para superar un presupuesto seguramente escaso y con un par de alusiones políticas insolentes y deliciosas, el terceto de jóvenes realizadores consigue una obra que, sin ser la Octava Maravilla, entretiene.»[1]
Pablo O. Scholz en Clarín dijo:
«Algunas actuaciones de tono exagerado … acercan al filme al grotesco … por suerte los directores … no la pensaron en tal cuerda, por lo que el resultado se emparenta más con la comedia de aventura de Hollywood que con la commedia alla italiana, y salen airosos del propósito.»[1]
Diego Batlle en La Nación opinó:
«Alejada de toda pretensión edificante, sin alegorías ni sentimentalismos…se termina imponiendo por sobre sus varios excesos y altibajos que desconciertan por los bruscos cambios de estilo y de registro.»[1]
Manrupe y Portela dijeron del filme:
«Con un uso inteligente de sus recursos…tiene varios méritos significativos: descontractura a la vez que crítica, desolemniza y se transforma en metáfora de un país cuyo sueño de reconstrucción es interrumpido por la máquina de impedir. Entretiene y deja pensando. Simpática, bien actuada y bien hecha.»[1]
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